¿Cuál es el estilo de educación que mejor funciona con niños/as de espíritu libre?. ¿Actuar de forma estricta y autoritaria para que te respeten y obedezcan? ¿O mejor de forma cariñosa y dándole la razón para evitar los conflictos?
Quiero desmontar los falsos mitos que existen respecto a los diferentes estilos educativos. Va a ser muy revelador para ti descubrir que hay una alternativa más allá del autoritarismo o la permisividad. Un estilo que te va a gustar y que en el caso de los niños/as de espíritu libre es el único estilo que realmente funciona. Si ya tienes claro que tu hijo/a es un «niño/a de espíritu libre», no te pierdas lo que te voy a contar.
Además te voy a dar algunos consejos para que empieces a entrenar este nuevo estilo de educar.
Los estilos de educación
Muchas madres y padres creen que solamente existen dos maneras o estilos para educar, autoritarismo o permisividad. Y también es habitual que las madres y padres de niños/as de espíritu libre usemos diferentes estilos según el contexto o según nuestro propio estado de ánimo, sin lograr buenos resultados. En algunos momentos usamos el estilo autoritario para que no se nos suban a las barbas. En otros elegimos ser permisivos para esquivar el conflicto ya que no nos quedan fuerzas para otra “lucha de poder”. Estamos perdidos y tenemos a nuestro hijo/a de espíritu libre mareado.
Voy a describirte los 4 estilos de educación fundamentales, y te voy a justificar por qué el cuarto es el mejor.
1 – Estilo autoritario
Esta ha sido la forma tradicional de educar; se hace lo que los padres digan y ellos fijan las normas (tradicionalmente era el padre el que las fijaba). Son madres y padres que en muchos casos han sido educados también con este estilo, y que tienen altas expectativas respecto a sus hijos (algo muy bueno ya que impulsa a los niños a mejorar). El problema es que no “apoyan” a sus hijos para conseguir esos retos ni les dejan “participar”.
- “Hazlo como yo digo y ahora mismo”.
- “Hazlo, que yo se bien lo que es mejor para ti porque tengo más experiencia”.
- “Sin no lo haces así, tendrás un castigo”
Quieren mucho a sus hijos y quieren lo mejor para ellos, pero usan un estilo en el que llevado al extremo los hijos no opinan y muchas veces hacen lo que se les ordena por miedo a sus padres o a las consecuencias (puede haber gritos, castigos, y en el peor de los casos, castigo físico).
Hay una serie de falsos mitos que alimentan este estilo educativo, y más en el caso de niños de espíritu libre:
- “Si no grito o castigo y se hace lo que yo diga, se me sube a las barbas”.
- “Los niños tienen que sufrir para aprender”
- “Con los niños de espíritu libre y desobedientes es necesario ser todavía más duro y estricto”
- “Dando amor y cariño no se pueden fijar límites con firmeza”.
- “A los niños de espíritu libre no se les puede dejar opinar porque pierdes el poco poder que tienes y harán lo que quieran”
- “Dando demasiado amor, cariño o protagonismo, se les puede hacer débiles o malcriar”
Este estilo puede servir como atajo para que los padres de niños/as de espíritu libre consigan sus objetivos, ya que es efectivo y se logran resultados a corto plazo, pero tiene sus consecuencias:
- Puedes dañar el nivel de autoestima futuro de tu hijo/a.
- Es habitual que aumente su rebeldía en un círculo vicioso de resentimiento y “venganza”.
- La conexión se reduce y la comunicación se puede acabar rompiendo.
- Aumentan las posibilidades de que tenga una adolescencia muy rebelde.
- Lo normal es que durante su adolescencia pierdas tu capacidad de influir en tu hijo/a y acabe buscando los consejos fuera del núcleo familiar. Será más influenciable ya que ha pensado poco por si mismo y no se ha auto-responsabilizado de su propio comportamiento. Que los consejos que le vengan de fuera sean mejores o peores, será una tómbola.
Para terminar, el uso del castigo (habitual en este estilo educativo) tiene consecuencias negativas. El castigo genera en nuestros hijos resentimiento, victimismo ante la injusticia, afán de venganza o miedo a contarnos las cosas que les pasan o hacen. Y desde luego no promueve el aprendizaje. No sirven para fomentar la responsabilidad, además de que fomentan la mentira y hacen mella en la relación. Las consecuencias naturales y lógicas, de las que hablaremos en otro post, dan mucho mejor resultado que el castigo.
2 – Estilo permisivo
El efecto péndulo lleva a los padres a un estilo que llevado al extremo hace que todo valga y existan pocos límites, estructura o normas. Muchas veces son madres y padres que no quieren replicar el estilo autoritario que sufrieron, por lo que se van al otro extremo. Al contrario en el estilo autoritario, dan mucho apoyo a sus hijos, pero lo hacen de una forma que crea problemas.
Por un lado la ausencia de límites, rutina y estructura creará en muchos casos inseguridad y ansiedad; el niño/a sentirá: “¿quién está aquí al mando y me da la seguridad que necesito?”.
Si usas este estilo y nunca llevas la contraria a tu hijo/a de espíritu libre para evitar el conflicto (cosa que puedo entender por el nivel de agotamiento), vas a transmitir el falso mensaje a tu hijo de que se lo merece todo. Estará teniendo una idea errónea de cómo funciona el mundo ya que una vez fuera del núcleo familiar dejará de ser el centro no estando “entrenado” para ello.
Además en el intento de “algodonar” su vida, le estarías transmitiendo que las decepciones y frustraciones deben ser evitadas. Esto haría que tu hijo/a no entrene la gestión de estas emociones negativas, algo fundamental para su futuro ya que como bien sabes, la vida tiene todo tipo de escollos. Al no entrenar su frustración y capacidad de autogestionar emociones, tampoco estará desarrollando su capacidad futura de resiliencia (capacidad de adaptarse a las dificultades).
También le quitas la oportunidad de desarrollar su autodisciplina. Y si está acostumbrado a pasar por encima de los demás le va a ser difícil en el futuro tener relaciones satisfactorias con las personas de su entorno. En ocasiones se puede llegar al extremo del llamado Síndrome del emperador o niño tirano, e incluso a casos de maltrato a sus padres en la adolescencia o juventud.
3 – Estilo negligente
Este es el estilo en el que los padres simplemente no están presentes en la educación de sus hijos. En casos extremos son familias marginales, desestructuradas, con trastornos afectivos y sociales o con problemas relacionados con alcoholismo o drogas.
Pero el perfil que nos puede resultar más cercano es el de los padres que simplemente están ausentes o no involucrados en la educación de sus hijos por razones de sus compromisos profesionales o sociales, o por falta de interés. Que “subcontratan” la educación de sus hijos y que promueven que desde pequeños pasen mucho tiempo de ocio con sus amigos y poco con ellos.
El poco tiempo que están con sus hijos no están realmente disponibles o atentos a sus necesidades afectivas y emocionales. A veces intentan compensarlo con dinero, regalos o caprichos, como sustitutos del amor y la dedicación. Este estilo educativo acaba produciendo falta de conexión, comunicación, desconfianza y baja autoestima por parte de los hijos que no se sienten merecedores de ser queridos. Y también optarán por buscar el amor y el consejo fuera del núcleo familiar, con los riesgos que eso puede suponer.
4 – Estilo autoritario-democrático
Los padres que tienen este estilo educan bajo los principios de la educación respetuosa, consciente o democrática, o de disciplina positiva.
Este estilo lo usan miles de madres y padres de todo el mundo para educar mejor a sus hijos de espíritu libre, utilizando metodologías ad hoc de expertos en educación. Este es el estilo de educación que te llevará a reducir el conflicto y a que tu día a día sea más fácil con tu hijo/a. Nosotros lo hemos aplicado en casa, y te puedo asegurar que funciona. Aquí puedes leer mi historia personal en la que cuento cómo fue el cambio en nuestra casa.
Te voy a enumerar algunas características este nuevo estilo de educación, que usamos muchos padres de niños de espíritu libre:
- Exigimos respeto mutuo, de nosotros hacia nuestro hijo/a y viceversa.
- Damos mucho amor y apoyo, como los padres permisivos; pero tenemos un alto nivel de exigencia o expectativas, como los padres autoritarios.
- No controlamos como los padres autoritarios, pero estamos siempre disponibles.
- No usamos los gritos, castigos y premios para lograr el buen comportamiento.
- Establecemos límites de manera empática y los mantenemos coherentemente, escuchando y ayudando a nuestro hijo/a a entender las emociones que esos límites le producen.
- Promovemos que nuestro hijo/a asuma responsabilidades, siempre de acuerdo a su edad y a la confianza que nos transmita.
- Estamos siempre abiertos al debate y a compartir poder cuando sea posible, de acuerdo a su edad y responsabilidad.
- Tenemos una fuerte conexión y comunicación con nuestro hijo/a.
La doctora Laura Markhan llama a este estilo autoritario-democrático, estilo de límites con empatía. Me gusta este nombre porque es muy descriptivo.
Con este estilo logramos reducir enormemente el conflicto en casa, aumentar la colaboración de nuestro hijo/a, no dañar su autoestima, promover que asuma responsabilidades y que aumente su autodisciplina. Son hogares en los que a pesar de las dificultades y los retos que supone un hijo/a de espíritu libre, hay mayor nivel de alegría y paz.
Como explica el psicólogo Don MacMannis, los investigadores han demostrado ya hace años que las familias que mejor funcionan son aquellas en las que hay mucho amor y cariño y suficiente estructura y límites. Los niños progresan y brillan en este entorno, especialmente los niños de espíritu libre. Sin el suficiente amor y calor los niños tienden a sentirse abandonados y resentidos, y sin la suficiente estructura y límites viven con ansiedad, aumentando sus problemas de comportamiento.
Conclusión: si tu hijo/a cumple con el perfil de niño/a de espíritu libre, es fundamental que tu estilo sea autoritario-democrático.
A modo de resumen y para que tengas un resumen de un vistazo, te he preparado este cuadro. Aquí están los 4 estilos para educar a niños/as de espíritu libre, y las consecuencias (positivas/ negativas) que tiene usar cada uno de ellos. Muy interesante que te fijes en las combinaciones de uso de diferentes niveles de amabilidad y la firmeza en cada uno de los 4 cuadrantes.
Ejemplo de una situación real
Para entenderlo mejor, vamos a ver ahora un ejemplo “real” y cómo actuaría una madre de cada uno de los diferentes perfiles.
Madre autoritaria
- “No quiero que tu tutora me vuelva a contar que te peleas, o olvidate de tablet durante una semana”. “Y no quiero hablar más de ello”
- El niño no se ha sentido escuchado, y se queda sin motivación para arreglar el problema.
- El niño no dispone de herramientas para resolver la situación, y se siente solo, posiblemente con ansiedad y estrés.
Madre permisiva
- Escucha a su hijo de manera empática y le muestra su acuerdo en que la culpa es del otro niño.
- Le dice que no se puede meter en peleas en el colegio, pero sin darle consejos ni herramientas para gestionar los conflictos.
- Si su hijo le muestra ansiedad o estrés por su dificultad en relacionarse con algunos compañeros, su madre minimiza la importancia y le “quita” el derecho a sentirse así. Por lo que su hijo se queda solo con su ansiedad.
Madre negligente
Directamente no da importancia a la situación y le dice a su hijo que no se meta en líos en el cole.
Madre que fija límites con empatía
- Facilita que su hijo le cuente todo con su punto de vista sobre lo ocurrido, sin juzgar ni darle consejos de forma atropellada.
- Le hace preguntas para que entienda cómo puede ver su compañero esta misma situación y desarrollar así su empatía.
- Le pregunta qué debería hacer para que esto no se repitiera y mejorase su relación, llegando con él a un compromiso sobre los pasos a dar para resolverlo. Le añade algún consejo.
- Le transmite su confianza en que va a ser capaz de hacerlo, y se muestra disponible para ayudar. La madre está involucrada.
- A la vez se muestra muy firme respecto a que la violencia con un compañero no se puede admitir.
- Entiende que la situación no es fácil para su hijo, y no minimiza lo ocurrido.
- Le ayuda a entender y gestionar sus emociones de ansiedad y estrés, ayudándole a visualizar la solución al conflicto con los pasos que va a dar.
Y ahora te toca a tí
Para iniciarte en este nuevo estilo educativo lo primero es desAprender tus antiguas formas de educar . Después tendrás que aprender nuevas estrategias y herramientas que te sirvan para educar de forma respetuosa con estilo autoritario-democrático.
desAprendo puede ser tu acompañante en este proceso de cambio.
Y para que pruebes y practiques aquí te dejo unos cuantos buenos consejos, especiales para niños de espíritu libre:
- Ante todo, mucha calma. Educa siempre desde la calma.
- Una retirada a tiempo es una victoria. No hay prisa por resolver la situación, no es una emergencia. De nuevo, espera a la calma.
- Que sepa que le quieres. No pierdas oportunidad de demostrarselo.
- Habla con cariño, pero con firmeza. El tono es fundamental y tiene que tener claro que hablas en serio y eres predecible y coherente.
- Dedica esfuerzo a mantener la conexión. Dedícale tiempo especial en exclusiva y busca cómo reforzar el vínculo.
- Déjale que lo haga él/ella solo/a. Que aprenda experimentando.
- Sonríe mucho, porque facilita las cosas y promueve el buen comportamiento.
- No uses “porque lo digo yo”. Siempre explica.
- Pregúntale su opinión.
- Involúcrale al definir las normas. Estará más dispuesto a cumplirlas.
- Llega hasta el final con el cumplimiento de las normas definidas.
- Ofrécele opciones. Que elija siempre que sea posible.
- Mejor sin premios ni castigos.
- Informa por adelantado, que haya pocas sorpresas.
- Dedica tiempo a hacerle brillar. Tu hijo/a de espíritu libre tiene mucho potencial.
Anímate a ir probando, sin buscar la perfección sino aprendiendo cada día y disfrutando del proceso, ¡y de tu fantástico hijo/a de espíritu libre!
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¡Gracias por ayudarme a que más padres conozcan desAprendo!
Maria dice
Buenisimo!! Muchas gracias por el articulo
Maria dice
Desde hoy mismo me voy a poner manos a ello. Mi hija y nuestra relación se merece cualquier esfuerzo.
Daniel Bezares dice
¡Esa es la actitud María! A por ello 🙂
Eva Maria dice
Me ha encantado así lo haré de todo corazón muchísimas gracias por tu gran ayuda
Virginia dice
Me gusta esta forma de ver y resolver los conflictos. A tenerlo presente! gracias
Daniel Bezares dice
Eso es Virginia. A muchas madres/padres os pasa. Es una perspectiva y planteamiento educativo totalmente novedoso y revelador. Cuando algo te dice por dentro que este es el camino correcto, es difícil resistirse! Ánimo y a seguir formándote. 🙂
Soraya dice
Me parece genial todo lo expuesto pero creo que he llegado un poco tarde pues mi hija está en plena adolescencia. Los disparadores son continuos e incontrolables. Gracias
Daniel Bezares dice
Soraya, mi mensaje en el caso de adolescentes con los que no se haya trabajado antes este enfoque de Educación respetuosa/ Disciplina positiva, es que NUNCA es tarde. No voy a ser demagógico, es verdad que el reto es mucho mayor. Que lo ideal es empezar a trabajar con este enfoque desde casi la primera infancia. Pero quiero transmitirte todo el ánimo para trabajar con estas estrategias y herramientas, porque sí que dan resultados con adolescentes. Solo queda adaptarlas a las necesidades de esas edades. Mucho ánimo. 🙂
Susana dice
Genial, madre mía. Educar como me educó mi madre desde la empatía. Me la has recordado mucho, y es lo que haré con mi hija de 11 años. Es genial que vean a su madre como una amiga. La mejor. Como yo he visto siempre a mi madre., gracias por el post
Mariagomez dice
Vamos a por ello. Hay otra forma de hacer las cosas, pero previamente para poder pedirles hemos de obrar en nosotros un cambio consciente y un enfoque más empático con nuestros hijos.
Gracias Daniel por sintetizar tan didácticamente el material y tus aportaciones personales.
Beatriz dice
Hola.
Un asunto que me preocupa mucho son las ‘ingerencias externas’. Me explico con un ejemplo (niño 4-5 años). Le dices a tu niño, no se toca el pescado en la pescadería, y contesta una señora que los niños tienen que ser niños y portarse mal. Los caramelos hacen salir caries y después los dientes duelen y escuchas que los dientes de leche son para gastarlos, que no tienen raíz y que no duelen. Y más casos. ¿Como se aborda esa situación?
Daniel Bezares dice
Te animo a que te «aisles» de la «presión social». Cuando tienes un plan, estrategia clara, y herramientas para el día a día, tienes la confianza de ir por el buen camino por lo que estas situaciones empiezas a llevarlas mejor. Y además empiezas a darles menos importancia, ya que lo realmente importante es lo que vas construyendo tú con tu relación diaria con tu hijo. El resto, si no añade valor, es solo «ruido».
María dice
Hola, y lo primero muchísimas gracias por abrir este camino de educar, tenemos 3 niñas 5,2 y 6 meses y la de 2 añitos tiene es de espíritu libre es la q me esta enseñando q hay otros caminos….,
Cuando empece a escuchar y leer tu post me llegó directamente queremos q en nuestro hogar haya tranquilidad y q no nos enfademos ni gritemos tanto,
Hemos empezado hace dos días y estamos muy contentos, muchísimas gracias.
María dice
Hermoso y alentador! Yo ya he comenzado! Gracias por tan buena descripción, por los consejos, por los ejemplos detallados! Todo maravilloso, para seguir paso a paso!
Muchas gracias Daniel Bezares!
Esther G. M dice
Buenísimo! Felicidades por el artículo
Fui un espíritu libre en mi infancia (sigo siéndolo ya como adulta disciplinada)
Cuando me educaron en asertividad y límites con empatía, fue más fácil para todos. No hay mayor aprendizaje que enseñar con el ejemplo.
Así pude crecer asumiendo responsabilidades e integrar ese mensaje de crianza positiva tan útil y necesario para las familias.
Gracias por compartir, y felicitarte de nuevo por tu labor, Daniel
Pilar dice
Antes de conocer esta web, siempre dije que mi hijos era un espíritu libre. Tiene 8 años y cada día me sorprende con sus ideas, su réplicas llenas de lógica pero me agotan sus enfados, sus frustraciones su actitud. El se da cuenta y se que no lo puede evitar pero me altera que acabamos a gritos. Estoy agotada, física y mentalmente. Le adoro se que es un ser especial y llegará lejos, pero para mi cada día es una lucha y me culpo por mi actitud. Tras leer tu articulo y los emails que estoy recibiendo se que hay luz al final del túnel y voy a poner todas mis energías en ello. No quiero que cuando sea mayor me culpe por no haberlo intentado. Muchas gracias!
Lourdes dice
Muchas gracias por tu post y por la página en general. Somos padres de un niño de espíritu libre de 2 años y 9 meses y una bebé de 7 meses. Estamos desesperados/desquiciados con nuestro hijo. El día a día es una pesadilla y todo es una lucha: si abro la puerta se enfada porque la quería abrir él, si la cierro también, si cojo la esoba también la quería coger él, y así con todo. Nos lía unas pataletas increíbles y en cualquier lugar. Intentamos mantenernos en calma pero estamos en un punto que ya no podemos más y hemos empezado a perder conexión con él, sobre todo yo, pues le hace las mil y una a la hermanita bebé y eso me pone aún de más mal humor y supongo que él lo nota (inconcientemente estoy más distante). Aparte que la relación en la pareja también se ve afectada, pues con tantas brocas, el ambiente de casa es muy tenso y saltan chispas. El pediatra nos aconsejó esta página y esperamos poder ver la luz…
Saludos.
Ana dice
Me siento totalmente identificada con la situación personal que describes, soy profesora y me paso el día dando consejos a padres, llega el momento en el que eres madre y todas tus teorías se van al traste, tengo un niño de espíritu libre que me lleva al límite, se comporta mal en el colegio y siento la presión social de » en casa de herrero, cuchillo de palo». Por tanto, al leerte, me he sentido identificada y comprendida, tus palabras me dan fuerza para dejar de llamarle desafiante y utilizar el concepto de «espíritu libre», que efectivamente se ajusta mucho a la forma de ser de mi hijo, y desafía mucho, sí, pero también tiene mil cosas maravillosas que a veces las nubes de sus malos comportamientos, no nos dejan valorar. Mil gracias y vamos manos a la obra.
Silvia dice
Hola, quería saber a partir de qué edad se suele aplicar? Mi hijo tiene 3 años, un retraso en el habla y no puedo explicar mucho porque parece que se pierde…. Estoy siguiendo sus consejos e intentar no perder los nervios
Daniel Bezares dice
Hola Silvia, a partir de los 3 años podrías empezar a trabajar con un enfoque de resolución conjunta de problemas, de manera colaborativa. Por supuesto que depende del nivel madurativo del niño, pero siempre hay alternativas a la comunicación puramente verbal.
maria dice
Hola,
Yo tengo 2 espiritus libres en mi casa, uno de 6 años y otro de 9. Con el confinamiento la convivencia es cada dia más dificil. Mi marido es de estilo autoritario, yo soy permisiva. Frecuentemente chocamos en la forma de resolver las diferentes situaciones del dia a dia.
El no soporta que no le hagan caso immediatamente, cuando les dice algo, como sientate en la mesa para comer. Las horas de las comidas son especialmente dificiles porque se levantan continuamente de la mesa. Tenemos la norma de que no pueden levantarse si no se han terminado la comida, pero no somos capaces de cumplirla. Algun consejo para este caso en concreto?
Ya intentamos pactar con ellos una consequencia, de que pasaria si se levantavan pero no conseguimos llegar a nada.
Sobre todo el pequeño siempre lleva la contraria, te dice cosas para herir tus sentimientos y inmediatamente te pide perdon y te dice que te quiere. Esto tampoco sabemos como manejarlo. Que podemos hacer?
Daniel Bezares dice
Hola María
de manera breve te diría que las consecuencias lógicas no funcionan bien con niños de espíritu libre. Funciona MUCHO mejor la resolución colaborativa de problemas.
Y respecto a la segunda pregunta, te recomiendo no poner foco en el comportamiento (el solo el síntoma), si no buscar el problema raíz de ese conflicto en concreto para trabajarlo proactiva y colaborativamente.
Espero que haya ayudado
Sofía dice
Hola María, me he visto reflejada en tu historia. Por un momento he mirado el nombre , y he pensado, ¿lo he escrito yo?. A mi pasa lo que a tí. Creo que el problema es que nosotras somos permisivas y nuestras parejas autoritarios. Crea un conflicto constante en casa, y la luz se va apagando hasta tener un ambiente infeliz. Es super dificil. Mi hijo de 11 años ya esta sufriendo las consecuencias. Yo lo intento cada día que me levanto. De hecho , lo estoy intentando desde que mi hijo cumplio 3 años, desde que dejo de ser bebe. Y sigo intentandolo, pèro hasta que no nos pongamos de acuerdo y que mi pareja no se de cuenta que hay otras maneras de actuar, no habrá remedio. Es bastante triste. Te mando mucho animo y espero que podais llegar a un entendimiento. Yo sigo intentandolo. Un abrazo
Bibiana dice
Hola, siento que lo he hecho mal.. Mi hijo de 5 años es desafiante, no nos obedece, de espíritu libre, pero hemos repetido patrones de conducta autoritario, todos los días son castigos, y más castigos… Y he tratado de ser amorosa pero no se como manejar sus emociones, como negociar o acordar con el para que haga sus cosas (ejemplo actualmente sus clases virtuales) no se sienta juicioso, se distrae, se levanta y nosotros poniendo castigos todo el tiempo para ver si lo hace… Ayudaaa no se como hacerlo (mamá desesperada)
Liseth dice
Mi hijo tiene 5 años y se comporta como tu describes. Me siento muy afortunada de tener ahora esta información tan organizada, llevo tiempo en la búsqueda de respuestas, son muy útiles las herramientas que compartes. Gracias.
Pilar dice
Antes de conocer esta web, siempre dije que mi hijos era un espíritu libre. Tiene 8 años y cada día me sorprende con sus ideas, su réplicas llenas de lógica pero me agotan sus enfados, sus frustraciones su actitud. El se da cuenta y se que no lo puede evitar pero me altera que acabamos a gritos. Estoy agotada, física y mentalmente. Le adoro se que es un ser especial y llegará lejos, pero para mi cada día es una lucha y me culpo por mi actitud. Tras leer tu articulo y los emails que estoy recibiendo se que hay luz al final del túnel y voy a poner todas mis energías en ello. No quiero que cuando sea mayor me culpe por no haberlo intentado. Muchas gracias!
María dice
Soy madre de 3 peques, la mayor de casi 6, el mediano y espíritu libre de 4’5 y el peque de 2. Además esperamos a nuestro cuarto peque en poco menos de 2 meses. Soy maestra y este confinamiento mi marido trabaja, yo estoy a tope de teletrabajo y el mediano está apoteósico. Las broncas y gritos están a la orden del día y tengo claro que si yo supiera controlar mejor mi rabia cuando me reta me sería más sencillo educar en calma, pero no sé por dónde empezar y el cansancio del embarazo no ayuda. Estoy siguiendo como puedo los consejos, pero me faltan mil herramientas. Algún consejo?
Cristina dice
Hola Daniel, gracias por tus sabios consejos pero qué hacer cuando tu hija de espíritu libre no te obedece, cuál es la mejor alternativa al castigo, cuando estalla con rabietas monumentales, cuando no nos cuenta absolutamente nada porque es muy hermética y cuando a sus 9 años no tiene facilidad para hacer amigos y se comunica muy a menudo con nosotros a través de su muñeco favorito, con la regresión que ello supone. Estamos muy perdidos.
Gracias de antemano.
Daniel Bezares dice
Hola Cristina
demasiadas preguntas para responder aquí!
¿Te has planteado hacer una sesión de arranque gratuita conmigo?
Aquí tienes toda la información:https://desaprendo.com/sesion-de-arranque/
anímate!
MLuisa dice
Muchas gracias Daniel todo.
Sofía dice
Muchas gracias por tu ayuda. Le voy a proponer a mi pareja hacer una sesión de arranque . Quizás para El sería más fácil hablarlo con alguien que leerlo.
Montse dice
Sabéis? Yo fuí como mi hija…..y cometí los mismos errores que cometieron mis padres, me decían :la nerviosilla, siempre eran gritos, ansiedades y discusiones, todo incomprensible…incluso hoy, llegué a esta página y me dió un vuelco todo, he cometido punto por punto lo mismo que se me dió a mi, por suerte mi hija ya con 27 años es una versión mejorada de mí, brillante profesional, pero él no saber hacerlo bien…le ha causado mucha ansiedad, incomprensión, llantos y demás….aún ahora, me fastidia el no haber sabido hacerlo mejor! Os lo prometo.