Mi historia personal
Mi nombre es Daniel Bezares y si me das unos minutos quiero compartir contigo mi experiencia personal como padre de una maravillosa niña de espíritu libre (y de su hermana gemela, ¡que también tiene un nivel alto de espíritu!). También quiero contarte lo complicada que era la educación en nuestra casa, lo que provocaba que estuviéramos siempre estresados, cansados y frustrados. Quiero explicarte cómo fue mi proceso de formación y de transformación para educar de otra manera, los cambios que aplicamos y las mejoras que logramos. Y finalmente cómo todo ese conocimiento (metodologías de psicólogos expertos en educación) y mi experiencia propia, se transformó en desAprendo.
Compartiendo mi historia contigo quiero transmitirte optimismo y la esperanza de que es posible lograr cambios que reduzcan el conflicto en casa y aumente la colaboración de tu hijo/a de espíritu libre.
¡No te pierdas mi historia!
Ser padres era muy difícil, y estábamos perdidos
La historia empieza cuando a Lourdes (mi mujer, cómplice y gran compañera de batallas) y a mi nos anunciaron que íbamos a ser padres de dos niñas gemelas. Celia y Valentina decidieron llegar el 24 de noviembre de 2008 y en esa época yo pensaba que en temas de educación lo tenía todo claro, que en mi caso todo sería fácil, y que cuando los niños no se “portan bien” es siempre por culpa de padres ineptos. Pero mi soberbia me llevó a estrellarme con la realidad.
Educar no es nada fácil y mucho menos si tu hijo/a tiene personalidad de espíritu libre. Lo digo con conocimiento de causa porque somos padres de una maravillosa niña de este perfil y de otra que le sigue de cerca.... Las dos tienen tienen características del temperamento, pero una de ellas cumple especialmente con las características del niño/a de espíritu libre; en un momento puede ser adorable, cariñosa y generosa, y en el minuto siguiente cambia a modo rebelde y terco. Eligiendo muchas veces hacer las cosas de la forma complicada.
Tiene una gran inteligencia y enorme energía para perseguir su objetivo, eso sí, caiga quien caiga. En general las dos lo negocian todo y no aceptan la autoridad porque sí. Pero es esa voluntad tan fuerte la que le lleva al mal comportamiento cuando aparece un obstáculo en su camino. Puede pasar de estar concentrada y enfocada en su tarea a frustrarse, ponerse nerviosa y gritar.
Por otro lado, Celia y Valentina tienen muchísima complicidad entre ellas. Se divierten mucho juntas, y se adoran. Da gusto verlas juntas cuando están de buen rollo. Pero existe también la otra cara, la de las peleas. La rivalidad que también tienen entre ellas (que es típica entre muchos hermanos/as gemelos) no ayuda en absoluto. Pueden estar jugando felices ahora, y unos minutos más tarde llega la “nube negra” y cambia la situación a la velocidad del rayo.
Este tipo de temperamento hacía el día a día muy difícil y estábamos estresados, cansados y frustrados. Con miedos respecto al futuro y con sentimiento de culpabilidad no sabiendo qué hacíamos mal, sintiéndonos juzgados por los demás y cuestionada nuestra capacidad de educar.
A veces no entendíamos sus puntos de vista o la forma en la que nuestras hijas veían el mundo. Sentíamos que no teníamos herramientas para educar y estábamos en una situación que no nos gustaba nada. Por supuesto que había muchos momentos de disfrute, alegría y de ver todo su potencial, pero cuando llegaba el conflicto no teníamos herramientas que funcionaran. Lo habíamos probado todo, autoritarismo, gritos, premios, castigos, indiferencia, victimismo, chantaje, … pero nada daba resultados y algo nos decía que no íbamos por el buen camino.
¿Qué podíamos hacer? Hablábamos Lourdes y yo. “¿Escuela de padres? ¿Leer libros? Pero no conocemos a nadie que se haya formado para ser madre o padre. Y además no tenemos tiempo y el día a día es muy complicado con nuestras hijas….”
El camino que seguí para aprender
Estudié económicas y un MBA y trabajé como consultor, fui profe en la UNED, he asesorado y colaborado con ONGs, he sido cofundador de 4 empresas, una de ellas con más de 50 empleados y que opera en 3 países (si quieres más info sobre mí, mejor en linkedin)…. y me atrevo a decir muy sinceramente que ser un buen padre o madre de un niño de espíritu libre, es un reto mayor que cualquiera de esas aventuras.
A pesar del poco tiempo que teníamos mientras lanzábamos nuestra última aventura emprendedora (PERCENTIL fundada por Lourdes y por mi, junto a nuestro socio Luis) el tema en casa se estaba complicando por lo que decidí tomarme en serio mi aprendizaje y dedicarle tiempo.
Me empecé a formar leyendo decenas de libros sobre educación aprendiendo de lo que otros ya habían pensado antes. ¡Cuánto bueno hay escrito!. Recibí diferentes cursos y talleres certificándome como formador de padres en Disciplina Positiva en la Positive Discipline Association.
Las fuentes de mi formación están en la crianza democrática y respetuosa, maternidad consciente y disciplina positiva. Técnicas basadas en el amor a la infancia desarrolladas por psicólogos y pedagogos internacionales para trabajar específicamente con strong-willed kids (niños de voluntad firme, sería la traducción literal), ya usadas por miles de padres de niños de espíritu libre (como prefiero llamarles yo), aquí y en otros países.
El camino no fue fácil. Mucho tiempo dedicado y una forma de aprender sacrificada, ineficiente y poco atractiva, para la que necesité mucha fuerza de voluntad. Pero el esfuerzo se fue viendo recompensado según iba teniendo diferentes “revelaciones”. Esta nueva forma de educar estaba poniendo en palabras todo lo que yo sentía. Y el descubrimiento de las características del niño/a del perfil de espíritu libre, y las herramientas específicas para educar mantuvieron muy alta nuestra motivación por avanzar y probar.
Y empezamos a educar de otra manera
Con estas herramientas empezamos a hacer cambios en casa. Trabajamos mucho nuestra propia calma y autocontrol, y conseguimos estar más tranquilos y dejar de gritar. Dedicamos más tiempo y esfuerzo a conectar y aumentar la comunicación, dedicando más tiempo especial en exclusiva. Eliminamos los premios y los castigos a pesar de la opinión de los que dicen que así no conseguiríamos tener autoridad. Compartimos poder y damos más participación en las decisiones. Evitamos sobreproteger permitiendo experimentar.
Ayudamos a nuestras hijas a entender sus emociones, pero también fijamos con claridad las líneas rojas de la convivencia y el respeto defendiéndolas con cariño pero con firmeza, eligiendo las “batallas” que merecen la pena. Ahora aprendemos de cada conflicto y de nuestros errores, y hemos relajado nuestro nivel de autoexigencia.
No te voy a mentir contándote que en casa ya no hay conflictos, y que solo hay respeto y colaboración. Pero ahora es cuando realmente sabemos que estamos en el buen camino y vemos cada problema como una oportunidad para el aprendizaje. Tenemos más alegría, más comunicación, más colaboración y más respeto. Hay más conexión y la relación es más sólida. Estamos evitando que nuestras hija tengan un concepto negativo de ellas mismas ayudándoles a que entiendan todo el potencial que tiene su carácter inconformista.
Ahora veo claro ese enorme potencial que tienen los niños de espíritu libre. Y tengo claras algunas virtudes de mi hija que antes no veía tanto; su curiosidad, su pasión y energía, su manera de perseguir sus metas, su espíritu indomable, su voluntad firme y sus ganas de aportar, pertenecer y ser escuchada. Pero también sé que necesita nuestro apoyo como padres para entrenar algunas habilidades que hoy no tiene, de cara a su vida adulta. Con nuestro amor incondicional y la confianza que le da sentirse segura ahora está más calmada, con más confianza en sí misma, y más abierta a escuchar y tener en cuenta nuestros consejos.
Para llegar a esto hemos tenido que desAprender previamente los viejos hábitos, formas de hacer y automatismos que teníamos como padres. Observando día a día los resultados y mejoras es cuando confirmo que todo esto tiene sentido y cuando me convenzo de que tengo que compartirlo.
Así nació desAprendo
Si hace 9 años me hubiera encontrado con un sitio como desAprendo todo hubiera sido mucho más fácil, menos frustrante y hubiéramos sufrido menos. Esta es la motivación que me llevó a crear desAprendo. No quería que madres o padres como tú tuvierais que pasar también por el tortuoso y largo camino de la autoformación. Quería compartir mi conocimiento en un proyecto online que fuera viable económicamente para poder dedicarme a ello a tiempo completo.
Quería compartir estrategias y formación en herramientas para trabajar con niños de espíritu libre. Basado en contenidos de uso muy práctico, experiencias reales y no rollos teóricos ni tecnicismos. Si desAprendo no existía, yo lo tenía que crear.
Hoy en día ayudo a madres y padres de niños de espíritu libre que sufren una relación conflictiva con su hijo/a, a disfrutar de una nueva relación basada en el respeto y la colaboración, mientras le apoyan para que exprima todo su potencial.
Amigos y padres que conocen desAprendo me han preguntado qué me legitima para hablar sobre educación si no soy psicólogo, profesor o pedagogo. Yo siempre respondo que me he convertido en un experto estudiante en la materia especializándome de manera muy eficiente en metodologías probadas para trabajar con niños de perfil de espíritu libre.
Durante este tiempo he consolidado el conocimiento de psicólogos y pedagogos internacionales sobre educación de niños de espíritu libre en un método y en herramientas que funcionan. De cada nuevo libro que leo y de cada nueva interacción con padres aprendo algo nuevo que pasa a formar parte de la experiencia que comparto. Además mis años en el mundo de la empresa me dan la capacidad de desarrollar materiales muy prácticos alejados de planteamientos académicos.
Además he hecho todo un “doctorado” de 9 años educando a mis hijas (junto a Lourdes, ¡por supuesto!), y aprender lo que funciona y que no. No hablo de este tema desde la tranquilidad de alguien que lo “observa” desde fuera sino como alguien que se ha remangado y metido en faena.
Ahora quiero apoyarte en tu camino para que acompañes a tu hijo/a y le prepares para alcanzar sus sueños, sin que mueras en el intento. Ayudar a las personas ha sido siempre un motor interior que me ha movido a actuar y a decidir mi camino en lo personal y profesional. Puede sonar arrogante dicho por mí mismo, pero así es: este proyecto está teniendo hoy un impacto positivo real en cómo serán las personas de mañana.
Y por supuesto mi motivación se apoya mucho en mi pasión por la infancia. Ser padre vino a poner un broche a mi historia de admiración por los niños, y desAprendo está ahora sirviendo para hacer cambios positivos en la vida de muchos otros.
Quiero agradecer a Rudolf Dreikus, Jane Nelsen, Lynn Lott, Laura Markham, Cynthia Tobias y Mary Kurcinka entre otros, todo lo que me han enseñado en este camino. Y por supuesto a Marisa Moya, porque fue mi inspiración y referente personal en la aventura de la educación respetuosa.
Y mil gracias también a mis dos hijas por todo lo que me han dado. Ellas son las responsables de que cada día me conozca mejor a mí mismo.
¿Puedo ayudarte?
Si conoces desAprendo muy probablemente es porque tienes un hijo o una hija de perfil de espíritu libre que te lo está poniendo muy difícil en tu día a día.
Tenías otra imagen sobre cómo iba a ser tu maternidad o paternidad y te has dado de bruces con la realidad. Tu hijo/a te está probando mucho más allá de los que tú creías que eran tus límites. Tienes una frustración enorme al ver que haces todo por él, pero ni lo valora, ni cambia nada.
Tienes momentos de disfrute donde ves todo su potencial y recibes su amor, pero acto seguido todo vuelve a ser difícil. Te preocupa su futuro, su capacidad para convivir con otros y trabajar en equipo, y que vuestra relación y comunicación pueda sufrir cuando llegue a la adolescencia.
Te resulta muy difícil empatizar con él y entender cómo se ve el mundo desde sus ojos de niño/a. No te gusta gritar y perder el control y a estas alturas ya sabes que los castigos y los premios no dan resultados. Te preocupa el desarrollo emocional de tu hijo/a y sospechas que debe haber formas de educar que funcionen mejor.
Yo te puedo acompañar en tu camino. Te invito a que utilices mis conocimientos y experiencia. Prueba mis consejos y ahorrarás mucho tiempo de ensayo-error. Si todavía no estás suscrita/o en desAprendo, empieza por aquí. Ahora es el mejor momento para empezar a desAprender.
¡Disfruta del viaje!