Tengo muchas ganas de contarte las conclusiones a las que he llegado después de hablar con 83 madres y padres de niños de espíritu libre.
Es muy revelador confirmar cómo ciertos patrones se repiten sospechosamente.
Han sido charlas de 45 minutos que he tenido con estas familias, condensadas en las últimas cuatro semanas después del Congreso de este año «Las Claves del Buen Comportamiento 2019«.
Sigue leyendo que esto te interesa…
Cada familia tiene sus retos pero en las familias de niños de espíritu libre, muchas veces esos retos se parecen.
Madres y padres siempre con prisas, llegando siempre tarde, “arrastrando” niños, y siempre ocupados. Con obligaciones constantes dentro y fuera de casa.
Estresados por el trabajo y por traer ingresos a casa, siendo muchas veces conscientes de que necesitan tiempo para ellos mismos, y también tiempo de pareja, pero no siendo capaces de encontrarlo.
Hijos agobiados por sus propias obligaciones, sus deberes, las notas o las relaciones con amigos, que no siempre son fáciles. Niños a los que les cuesta colaborar, a los que hay que repetir las cosas 100 veces, y que dedican demasiado tiempo a pelear con sus hermanos, o a las pantallas. Faltas de respeto, gritos y poco autocontrol.
Además cuando existe pareja, marido o mujer, muchas veces el otro tiene ideas diferentes sobre cómo educar. Quizá uno con preocupación por educar mejor, aprender y mejorar, y el otro no tan concienciado.
En este ambiente, pequeños problemas se convierten en enormes. Si uno piensa que su pareja es demasiado «permisiva», empieza a actuar de manera más autoritaria. Diferentes puntos de vista son motivo de pelea. Pequeños problemas de comunicación, se transforman en murallas insalvables.
No me quiero poner dramático, pero esto es lo que me contáis cuando hablo con vosotr@s.
Por supuesto que como en todo, aquí también hay grados. Y hay hogares en los que las situaciones son más graves, y en otros más leves. Sin embargo estas situaciones se repiten, con muchos padres que quieren educar de otra manera.
Y para poner la guinda a tu frustración, de vez en cuando aparece alguien por ahí que desde fuera te dice que NO lo estás haciendo bien. Que el problema eres tú porque “tu hijo se te está subiendo a las barbas”, “no te haces respetar” o “te tiene tomada la medida y lo que necesita es mano dura”….
Pero tú ya lo has probado casi todo, y nada funciona….
Por supuesto que también hay momentos buenos, pero cuando analizas el conjunto, el panorama es complicado. Para algunos padres más, y para otros menos. Pero en general, difícil.
No tiras la toalla porque les quieres, pero realmente no sabes cómo has llegado hasta aquí. La vida se ha convertido en un gran reto, y esto de ser madre o padre no te gusta tanto como esperabas.
¿Por qué te cuento esto? ¿Para meter el dedo en la llaga?… No.
Te lo cuento para recordarte que no estás sol@.
Que hay muchas familias con tus mismos retos, que se lo están trabajando a tope para mejorar día a día. Que además de ver muchas familias con dificultades, veo también muchas madres y padres desAprendiendo, aprendiendo y consiguiendo mejoras.
Que mejorar es posible. Que de nada sirve la culpa, el victimismo o mirar para atrás.
No pienses que no se puede; porque sí se puede.
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¡Gracias por ayudarme a que más padres conozcan desAprendo!
Monica dice
Que hacer cuando llegan a la adolescencia?
siento por momentos que me tiraria por la ventana
Daniel Bezares dice
Monica
mucho ánimo y un abrazo
la adolescencia es época para empatizar con ellos, escuchar más, preguntar más, ayudar a reflexionar y dejar de imponer.
Todavía mas importante esta estrategia en esta época.