¿Tus hijos no cumplen las reglas? Necesitas reuniones de familia

Te voy a contar un secreto que te va a gustar. Celebrar reuniones de familia semanales en casa va a hacer que mejore muchísimo tu convivencia diaria con tu hijo/a desafiante. Lee este post y dale una oportunidad porque te va a merecer la pena. En nuestra familia y otras miles, está funcionando de maravilla.

¿Qué es una reunión de familia?

Las reuniones de familia se utilizan como foro donde llegar a acuerdos, acordar normas de convivencia, resolver conflictos, comunicar noticias importantes o incluso planificar la próxima escapada familiar. Tienen un enfoque democrático por lo que no es una herramienta para controlar más a tus hijos. Controlar a tu hijo/a desafiante de manera autoritaria y jerárquica, no funciona. Como la permisividad tampoco te va a funcionar, una buena opción es acordar las normas en un foro preestablecido.

Cuando a madres y padres hablo de las reuniones de familia suelen surgir ciertas dudas del tipo:

• Este “rollo” de familia democrática no va conmigo. Creo que me puede hacer perder “poder” y que mi hijo/a me respete todavía menos de lo que me respeta, y no acepte mis decisiones.
• ¡Una reunión cada semana! Bastante lío tengo para sobrevivir cada día con este hijo/a tan desobediente. Mejor ir resolviendo cada situación según surja.
• Creo que da demasiado protagonismo al niño; ¡se van a creer el centro del universo!
• Esto debe ser algo de los americanos; lo he visto en alguna peli.

Aparca tus prejuicios, que esto tiene chicha y te puede traer cosas buenas, ya verás.

En qué te pueden ayudar las reuniones de familia con tu hijo/a desafiante

Para tus hijo/a: un buen entrenamiento para la vida

Las reuniones de familia son un ejercicio increíblemente bueno para cualquiera de nuestros hijos ya que les ayuda a entrenar y a desarrollar capacidades que les servirán en su vida adulta, tanto personal como profesional. Pero como podrás comprobar, entrenar estas habilidades es especialmente importante en el caso de niños desafiantes. Aquí algunos ejemplos:

• Aprender a negociar, a llegar a acuerdos que sean beneficiosos para ambas partes.
• Resolver de manera respetuosa conflictos y problemas de convivencia.
• Respetar el turno de palabra.
• Aprender a escuchar a los demás, entender sus puntos de vista y desarrollar la empatía.
• Hablar de manera “formal” exponiendo un tema, explicando y defendiendo tu punto de vista, expresando sus peticiones a otros.
• Ceñirse a las normas que regulan un ejercicio en común, en este caso una reunión.
• Desarrollar la paciencia y autocontrol, agendando un tema que me surge hoy para resolverlo en la próxima reunión de familia.
• Interiorizar que los problemas se pueden hablar desde la calma y la razón, y no exclusivamente desde las emociones y la impulsividad.
• Sentirse tenidos en cuenta e importantes (autoestima).
• Enfocarse en la búsqueda de soluciones (y no en el conflicto).
• Entrenar la asertividad.

Son todos temas importantes, ¿verdad?; pues en la reunión de familia se entrenan.

Para tí: una gran ayuda para reducir el conflicto y aumentar la colaboración

Pero además, las reuniones de familia también son de gran ayuda para los padres.

• Fomentan el buen comportamiento de tu hijo/a desafiante ya que estará mucho más dispuesto a cumplir normas cuando el mismo han participado en definirlas por consenso.
• Es un foro que te permite compartir el “poder” con tus hijo/a lo que reduce enormemente las luchas de poder que estás viviendo todos los días. Obviamente la capacidad de decisión que podrás ceder será diferente según la edad de tu hijo/a, pero mi consejo en general es que cuanto más poder puedas compartir, mejor.
• Compartir poder lleva a reducir la posible sobreprotección sobre tus hijos, y hacer que sean ellos los que se responsabilicen, y practiquen la autodisciplina.
• Es una muy buena oportunidad para dar ejemplo con todas aquellas habilidades sociales que quieres que tus hijos aprendan. Te tocará tener paciencia durante las reuniones.
• Las reuniones de familia se convierten en momentos bonitos, divertidos, y que quedarán en tu recuerdo para siempre. Vas a alucinar muchas veces con el sentido común de los niños, con sus ocurrencias, y con los debates que se crean. ¡Te van a dar ganas de grabarlas en video!

¿Cómo se celebra una reunión de familia?

Te voy a explicar la estructura y normas que debe tener una reunión de familia.

• Periodicidad: una vez a la semana. Ni más ni menos, es la periodicidad perfecta. Nosotros en casa las hacemos los domingos por la tarde. Elige tú el momento mejor en vuestro caso.
• Duración: Debería durar entre 30 min. y 1 hora. Más de eso, llega el cansancio y se puede empezar a “enrarecer” el ambiente.
• Edades: puedes empezar a hacerlo con niños desde 4 años. Lo que sí es importante es que si hay hermanos más pequeños estén ya en la cama, durmiendo la siesta o con alguien, porque si no van a sabotear la reunión.
• Hay diferentes roles que abajo te explico. Los niños disfrutan mucho sobre todo cuando les toca el turno de presidencia. Comprobarás cómo tu hijo/a desafiante por su propia naturaleza se va a empeñar en ser presidente a toda costa para «tener el mando». Si el resto de tus hijos también quieren serlo, os va a tocar convercerle de que los roles roten entre todos de una reunión a otra. No te asustes, pero te aviso que a nosotros en casa en nuestra primera reunión, ¡nos llevó 30 minutos llegar a un acuerdo sobre el sistema de rotación de roles!
  • Presidente/a: inicia la reunión, lee la agenda de temas a tratar, va dando entrada a cada tema, y concede el turno de palabra a quien lo pide.
  • Secretario/a: Toma nota en un acta de cada reunión de las decisiones y acuerdos que se han tomado. Este acta puede quedar colgada en la nevera durante la semana siguiente.
• Empezar la reunión con un turno de cumplidos y agradecimientos. Sirve para crear buen ambiente, predisponer a la colaboración y crear vínculo. Cada uno tiene que dar las gracias o un piropo por algo a alguien de la familia. Muy divertido, ya verás.
• La agenda con los temas a tratar se va preparando a lo largo de la semana anterior. Lo mejor es que haya un papel colgado en la nevera donde cada uno pueda escribir un tema que quiera proponer (poniendo al lado su nombre). Es muy curioso ver como cuando ya tengáis rutinas de reuniones tus hijos empezarán a ir a la nevera cada vez que tengan un conflicto. Cuando llegue la reunión, cada uno irá contando su tema propuesto y explicando los detalles. Para los más pequeños, puede que los temas de la agenda del día los tengas que proponer tú.

Aquí puedes echar un vistazo a un ejemplo de Agenda de reunión de familia.

¿Entiendes algo?? 🙂

Y aquí el Acta de la reunión.

• Votaciones: Lo ideal es que las decisiones se tomen por consenso buscando soluciones que sean válidas para todos. Pero en caso de que no haya acuerdo unánime, podéis aprobar por mayoría, pero siempre antes buscando posibilidades para alcanzar consenso.
• Terminar siempre con un plan divertido. Sirve para destensar después de la reunión, para celebrar y crear vínculo (jugar a algún juego de mesa en familia, hacer un bizcocho, ir todos a merendar fuera…)

Condiciones para que las reuniones de familia funcionen bien

Pero para que las reuniones de familia funcionen bien, tiene que haber una serie de reglas. Respétalas siempre porque en mi experiencia son realmente importantes.

• Respetad siempre los turnos de palabra. Con los niños no es fácil, ya sabes, y más difícil todavía con niños de perfil desafiante. Pero cuidado que tú también tienes que respetarlos, y muchas veces nos cuesta escuchar con atención a los niños. Una buena forma de gestionar los turnos puede ser pasando una pelotita al que le toque tener el turno de palabra.
• Celebrarla siempre en el mismo sitio y que sea un lugar sin distracciones (ej. móviles apagados). Nosotros la hacemos en la mesa de la cocina, y ponemos como norma que no puede haber nada en la mesa porque solo sirve para distraer e interrumpir. ¡Mesa despejada!
• Centrarse siempre en soluciones. Que no se convierta en un sitio donde echarse las cosas en cara. Pensar todos siempre en qué se puede hacer para solucionar una situación.
• Ser creativos en la búsqueda de soluciones. Siempre hay opciones.
• A veces, sobre todo al principio, los niños se vuelven muy frikis con las normas y la reunión puede pecar de formalista. Les gusta la dinámica y se centran más en el protocolo que en la búsqueda eficiente de resultados. Y además, tienden a enrollarse. Te va a tocar tener paciencia, porque a veces se puede alargar un poco.
• No te estreses buscando la perfección en el proceso y controlarlo todo. Déjate fluir un poco que en este caso la perfección es contraria de lo bueno.
• Cuando quieras proponer alguna norma de convivencia va a ser necesario si quieres llegar a acuerdos con tu hijo/a desafiante, que no ahorres esfuerzos en explicar las razones por las que crees que es importante. Hacer las cosas “porque lo digo yo” no funciona con niños desafiantes; son niños que prefieren problemas que resolver que solamente tareas para hacer. Respetará más lo que propongas cuando expliques en detalle el porqué de lo que le pides.
• Intentar siempre en la medida de lo posible que las soluciones propuestas sean válidas para todos.
• No saltarse nunca la reunión semanal. No saltándote ninguna estás transmitiendo al resto de la familia la importancia que das a la reunión. Además corréis el riesgo de que si las vas dejando, perdáis el hábito.
• Cuando se incumple un acuerdo de reunión de familia, y se vuelvan a generar problemas, es importante no dejarlo morir sino volver a traerlo a la reunión de familia para exponer que la solución acordada no está funcionando y preguntar por alternativas. Tu hijo/a desafiante tiene que encontrarse con un «muro» de firmeza infranqueable, endulzado con cariño.

Vas a ver cómo tus hijos disfrutan de estas reuniones. Pero el que más disfrutará será tu hijo/a desafiante, por el orgullo que le proporcionará poder formar parte de las decisiones. Le hará sentirse mayor.
Éste método se ha llevado también a los colegios que tienen un enfoque democrático y participativo. En el colegio de nuestras hijas estas “Reuniones de clase” son una vez a la semana, aunque en este caso se pueden llegar a hacer incluso diariamente. Los beneficios que tienen para la convivencia, comportamiento e involucración de los niños, son grandes.

Ejemplos de reuniones de familia

Y para terminar, qué mejor que algunos ejemplos de situaciones y temas tratados en reuniones de diferentes familias, ….¡incluida la nuestra!

La Caja “Naraja”

En nuestra casa tuvimos una época mala de mucho desorden en zonas comunes. Imagino que esto te suena…. Buscando solucionarlo, propuse en reunión de familia que cualquier cosa que estuviera desordenada en zona común (pasado un tiempo prudencial), se pudiera dejar en una caja que no estuviera a la vista de todos (de color naranja, en este caso, de ahí el nombre forzando un poco la rima…). Incluyendo cosas de los padres, por supuesto. Expliqué bien por qué para nosotros es importante el orden y la propuesta fue aceptada por unanimidad. Al final acaba habiendo una consecuencia natural para ellas que es que les cuesta encontrar sus cosas y, cuándo van a buscarlas a la caja, también es complicado por la acumulación. Alternativa para ellas: que cada vez más vayan recogiendo las cosas sobre la marcha y que vayan interiorizando que esta forma de hacerlo es más cómoda y eficiente.
Ah, por cierto, cosas de los padres van pocas a la Caja Naraja; suele acabar llena de cosas de las niñas.
Beneficios: las zonas comunes están más despejadas, y hay menos conflictos y recordatorios constantes de que ordenen o recojan cosas sobre todo con una que yo me sé, que es la que más le cuesta…. Al haber participado en establecer la norma, cuando sus cosas van a la Caja Naraja, no se quejan y no se recibe como un castigo.

Compartir ropa entre hermanas

Ana (12 años) y Andrea (10 años), dos hermanas que comparten habitación, tienen peleas constantes por la ropa. Porque una coge ropa de la otra sin permiso, porque una se niega a prestar ropa a la otra, por dejar desordenada la ropa compartida o por no estar de acuerdo en quién era la dueña de una prenda. Ana decidió proponer que se tratará el tema en la reunión de familia y después de negociar y buscar soluciones (sus padres tuvieron que mediar un poco para buscar una solución), acordaron:

• Cada una tendría su propia ropa marcada con iniciales en la etiqueta.
• Un día a la semana cada una de ellas podría coger ropa de su hermana sin necesidad de pedir permiso.
• Apuntarían en un papel qué otras veces prestaba cada una ropa a su hermana para intentar que estuviera equilibrado.
• Pondrían una estantería extra para que una de las hermanas pudiera tener su ropa separada.

Todo esto quedó reflejado en el Acta de la reunión.

Otros ejemplos

• Alberto (12 años) y Nuria (11 años). Planificación en familia de las vacaciones de verano teniendo en cuenta a todos.
• Simón (8 años) y Arturo (10 años). Selección de actividades extraescolares para el próximo curso, respetando sus intereses.
• Marta (6 años), Tadea (8 años) y Miguel (9 años). Acuerdos sobre tiempo y momentos de televisión semanal y tipos de contenidos, ya que sus padres ven importante para su desarrollo que se limite este tiempo al máximo.
• Iker (5 años) y Manuel (7 años). Acuerdos sobre menú semanal en las cenas en casa, intentando compaginar sus gustos con necesidades de nutrición.
• Andrés (16 años). Acuerdos con condiciones sobre hora de vuelta a casa en fines de semana para que se lo pase bien con sus amigos pero garantizando su seguridad. Las reuniones de familia también podrían ser válidas para adolescentes, adaptándolas.
• Celia y Valentina (gemelas de 9 años). Propuesta formal de tener un perro en casa (algo que llevan pidiendo desde hace años). Se acuerda tener dos hamsters como prueba para ver su nivel de responsabilidad cuidando de dos mascotas.

Ahora te toca a tí

Estoy muy satisfecho de haber compartido contigo mis conocimientos sobre cómo llevar a cabo una buena reunión de familia para mejorar tu convivencia con tu maravilloso hijo/a desafiante. Todo esto lo aprendí formándome como facilitador de talleres para padres, al certificarme con la Positive Discipline Association. Y si has leído hasta aquí, significa que te todo esto de las reuniones te suena muy bien. Pues bien:

• No lo dejes para la semana que viene. Fijad un día ya para probar con vuestra primera reunión. Esta reunión servirá para explicar al resto de tu familia su objetivo y cómo funciona.
• El proceso mejora con la práctica. No te preocupes de que las primeras veces no fluya del todo.
• Guarda las agendas y actas de las reuniones desde el principio. Serán un bonito recuerdo para cuando tus hijos sean mayores.

Y prepárate a disfrutar de las reuniones de familia, te van a enganchar cuando veas los resultados reales.

 

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