En general todos tenemos buenos y grandes recuerdos de las vacaciones de nuestra infancia. Pero sería interesante preguntar a nuestros padres qué recuerdos tienen ellos…

Si eres de esas madres o padres que cuando ven venir las vacaciones de sus hijos tienen sentimientos encontrados de sabor dulce y amargo, ¡bienvenida/o al club!.

Si tienes un hij@ de espíritu libre que está siendo todo un reto, estoy seguro de que sabes de qué hablo. Las vacaciones deberían ser un momento de disfrute en familia, pero lo que acaba pasando es que esos buenos momentos se mezclan con momentos difíciles y duros. Te voy a ayudar con esto.

En este post te voy a dar consejos que te van a ser de mucha utilidad para tus vacaciones, especialmente si afrontas el reto de convivir con un hijo que es ¡lo más de lo más!

Las vacaciones son perfectas para conectar

Ufff, vacaciones……más tiempo junto a nuestro hij@ de espíritu libre. Confiésame ahora que nadie nos oye, que te parece duro el tema, ¿eh?. Sé lo que sientes.

Pero te propongo que le des la vuelta a la tortilla. Más tiempo juntos = más tiempo para conectar.

¿A qué me refiero con conectar con nuestro hijo/a?.

Un niño se siente conectado con su madre o su padre cuando se siente querido, protegido, escuchado y entendido

En palabras de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs, los padres de la educación democrática y de la disciplina positiva, el objetivo principal de los niños es sentirse tenidos en cuenta e importantes, a través de la conexión.

Y que nuestros hijos se sientan así es probablemente la pieza más importante de su desarrollo pleno como persona. Además, la buena noticia es que aumentando la conexión aumentamos su interés por cuidar la relación a través del buen comportamiento.

Estoy obsesionado con que te pongas como meta aumentar y mantener la conexión, y evitar caer en errores que la reduzcan. Por lo que voy a centrar este post en darte buenos consejos para aumentar la conexión en estas vacaciones.

No te pases relajando rutinas y normas

Las vacaciones se han inventado para cambiar de rutinas, relajarnos y descansar. Pero los padres de niños de espíritu libre corremos el riesgo de que si nos relajamos demasiado, se vuelva contra nosotros.

Mantener un horario sin muchas variaciones a lo largo de las vacaciones hará que tu hijo/a reduzca su nivel de sobreestimulacion, con lo que lograrás que esté más tranquilo y tenga más autocontrol.

Además te animo a que te pongas como objetivo principal estas vacaciones salvaguardar el sueño de tu hijo/a. Cenar fuera, fiestas, o planes con amigos pueden hacer que caigamos en la trampa de relajarnos cuando todo fluye, y alarguemos la jornada de más. Pero esto muchas veces se acaba pagando con conflictos de última hora por el sueño y el cansancio. Mi mujer Lourdes siempre me avisa cuando caigo en la tentación de alargar, y me recuerda que mejor que disfruten el día que la noche…

Leí en su día un estudio que contaba que cada hora de sueño inferior al tiempo que necesita nuestro hijo/a en su franja de edad, supone 1 año menos de edad en referencia a su nivel de control emocional.

Objetivo: que tu hijo duerma durante las vacaciones las horas que necesita. El descanso de su cuerpo y sobre todo de su cerebro, debe ser una prioridad para ti.

A pesar de estar de vacaciones, planifica y cuéntale

Si eres madre o padre de un nino de espíritu libre, ya sabrás a estas alturas que tu hijo tiene especial dificultad con las transiciones de una situación a la siguiente (levantarse por la mañana, irse a la cama, apagar la tele, irse del parque…). Su grado de flexibilidad es muy bajo y los cambios inesperados le descolocan, a veces incluso tratándose de cambios “a mejor”.

Para él adaptarse a los cambios es algo muy difícil de hacer. Necesitan hacerse a la idea, antes de decir que sí. Por lo tanto, consejos para tus vacaciones:

• planifica con antelación. Dejarse llevar en vacaciones está guay pero teniendo esa falta de adaptabilidad, conviene planificar el ocio.
• escúchale y ten su opinión en cuenta cuando estéis decidiendo planes familiares. Le gusta y necesita opinar.
• avísale por anticipado de lo que vaya a ocurrir.
• de nuevo, las rutinas reducirán las posibilidades de conflicto.

¡Olvídate de las prisas!… son el enemigo nº 1

Si estás convencida de quieres educar desde la calma, las prisas son el enemigo nº1. Seguro que lo has experimentado en multitud de ocasiones.

Cuándo tienes prisa es más fácil que pierdas la paciencia; que reacciones en lugar de parar y pensar; que caigas en el grito o en el castigo y que todo se complique.

Aprovecha las vacaciones para ir siempre con tiempo de sobra para cubrir los imprevistos que te vas a encontrar. Recuerda que la distractibilidad es otra de las características del temperamento de tu hijo/a de espíritu libre.

Sin prisas todo irá mejor. Reducirás las luchas de poder, el conflicto, y aumentarás las posibilidades de colaboración.

Pasa tiempo especial con cada hijo/a por separado

Pasar tiempo especial, por separado, con cada uno de nuestros hijos no es que sea algo bueno. Es algo necesario y que no podemos dejar de hacer. Tienes que aprovechar las vacaciones, porque te será más fácil encontrar espacio para estos momentos.

Los hermanos conviven diariamente con un tiempo limitado sus padres, teniendo que “competir” por la atención y las demostraciones de amor. Esto no es tarea fácil, de ahí la importancia del tiempo especial en exclusiva.

Te va a servir para reconectar después de un conflicto, para relajar tensiones, para que refuerces los vínculos con tu hijo/a, que aumente vuestra confianza mutua y que le dejes claro lo mucho que le quieres.

Si estás teniendo problemas continuados de mal comportamiento, dedicar tiempo especial es lo primero que tienes que hacer

Insisto en que las vacaciones son un buen momento para esto. No estoy hablando de que tenga que ser un plan super-ambicioso; en el día a día hay multitud de formas de pasar tiempo especial con uno de tus hijos: lavando el coche, haciendo la compra, leyendo un cuento, abrazados en la cama antes de dormir, viendo un álbum de cuando eras pequeño, haciendo bricolaje juntos, guerra de almohadas para liberar tensiones… Si no se te ocurre nada, ¡pregúntale a él!

Para mí usar cada vez más el concepto de tiempo especial, ha supuesto un mejora en la forma de relacionarme con mis hijas y veo el efecto positivo que tiene en ellas. ¡Funciona!

Conecta en la naturaleza

A lo largo de todos estos años Lourdes y yo hemos utilizado la naturaleza como sitio de especial para muchos de nuestros planes en familia. Siempre aconsejo la naturaleza a los padres como sitio donde los niños puedan disfrutar de su yo más íntimo. Al fin y al cabo de la naturaleza venimos y somos naturaleza, por lo que algo tiene que haber ahí que nos hace sentir en paz.

Las naturaleza es el lugar en el que la diversión nunca acaba; donde, como siempre dice mi padre, se desarrolla la sensibilidad por la belleza; donde todo es asombro, y donde solo les rodea el silencio, lejos del centro comercial, las pantallas y la hiperestimulacion del día a día de muchos niños. Te recuerdo que la alta sensibilidad y los problemas de sobreestimulación son también características típicas de los niños de espíritu libre.

Pues bien, en este sitio es donde Lourdes y yo hemos vivido grandes momentos de conexión con nuestras hijas desde que tenían menos de 1 año. Estamos seguros que estos momentos han quedado ahí dentro de ellas para siempre.

Estas vacaciones, ¡rodéate de naturaleza!

Déjale que se aburra

Imagino que este concepto no será nuevo para ti, pero por si acaso te lo recuerdo.

Es oficial,…¡no hay ningún problema con que tus hijos se aburran en vacaciones!. Del aburrimiento, vienen cosas buenas. Algunos ejemplos:

• tiempo para pensar y reflexionar.
• espacio para la observación de las cosas cotidianas que nos rodean. En esos momentos es cuando llega el asombro y el aprendizaje empírico (basado en sus experiencias propias, en primera persona)
• espacio para la creatividad. La imaginación se cuece a fuego lento.
• tiempo para estar en el momento presente, dejando el tiempo pasar….

Déjale, no le salves siempre del aburrimiento. Y sobre todo, si le salvas, intenta no caer en la solución fácil de entretenerle solamente con el recurso fácil, las pantallas (TV, table, videojuegos….). Las pantallas no le dejarán vivir los de los que te hablo arriba.

Aprovecha para jugar más con él

Si lo piensas, la mayoría de las veces que interactúas con tus hijos es para pedirles que hagan cosas, recordarles su obligaciones y asegurarte que las rutinas se cumplen. Estas interacciones son necesarias, pero no son de las que sirven para fortalecer la base de nuestra relación.

Sabemos que a nuestros hijos lo que más les gusta hacer es jugar, además de que esa es su forma de aprender. Y adivina con quién disfrutan más jugando tu hijo de espíritu libre. Contigo, y además teniéndote en exclusiva.

Aprovecha las vacaciones para jugar más con él/ella ya que vas a tener más tiempo disponible. Si jugando a los “clics”, a cocinar o a “los profes”, nos divertimos, mejor que mejor. Pero si nos aburre que nos mata, no vale proponer solo jugar a lo que a nosotros nos gusta. Eso hacía yo con los dardos, el futbolín, o las bicis….¡huyendo de los clics y los peluches! A través del juego llega la complicidad y el vínculo, que será necesario para los momentos difíciles en los que las cosas no sean tan divertidas.

A cenar todos juntos

Sí durante el resto del año lo tenéis más difícil, durante estos días especiales no podéis dejar de hacerlo. La cena es un gran momento de conexión familiar. Se repasa el día, se cuentan anécdotas, es tiempo para escuchar y aprender, y para reforzar nuestros vínculos. Cuando esos momentos fluyen, son muy buenos.

Por cierto, nada de esto funciona bien si cenamos los mayores pendientes de nuestro teléfono móvil, ¡y mucho menos si cenamos con la tele encendida!

Monta un “club de lectura”

En vacaciones hay tiempo para todo incluso para fomentar el hábito de la lectura. Nosotros en casa hace tiempo nos inventamos una especie de club de lectura. No siempre funciona pero es una buena excusa para no dejar la lectura solamente para el tiempo previo a dormir. Es también un buen momento para pasar tiempo especial con tu hijo de espíritu libre, para reforzar vínculo y aumentar conexión.

Cógete un libro, disfruta leyendo y predica con el ejemplo, y leele también alguna página de vez en cuando y que te lea alguna en voz alta. Con 15 o 20 minutos (más cuanto más mayores) puede ser un tiempo perfecto para esta actividad, y si la haces todos los días a la misma hora, puede ser que logres crear un hábito. Las vacaciones son perfectas para esto.

Cuidado con la sobreestimulación

Como ya hemos hablado, el exceso de estimulación es una fuente de inestabilidad para tu hijo, por lo que deberás estar alerta para detectar esos momentos en los que pueda ser necesario cortar una actividad y cambiar a otra más relajante.

Busca tus propias ideas, pero como ejemplo te cuento que las actividades sensoriales funcionan muy bien con los niños de espíritu libre. Son niños especialmente sensibles a las texturas por lo que cualquier actividad que se te pueda ocurrir alrededor de tocar y sentir diferentes materiales, le llevará automáticamente a un estado de relajación y presencia. Pero tú eres quien mejor conoce a tu hijo/a y sabe qué actividades le llevan a la calma.

Atención estas vacaciones porque te encontrarás con estas situaciones, y conviene que tengas ideas pensadas.

Busca un sano equilibrio de tiempo en familia

Las vacaciones son para que todos descansemos, ¡incluidos los padres!. Pero tampoco nos podemos ir al otro extremo y no ver a nuestros hijos en todo el verano….

Las urbanizaciones o pueblos en los que los niños pueden salir solos desde pequeños a jugar con sus amigos, son un entorno ideal para su desarrollo, relación con otros y entrenamiento de su independencia. El problema viene cuando los padres utilizan este recurso para “quitarse los niños de encima” mientras ellos se dedican a tareas, a su ocio o a estar con amigos. Si utilizamos este recurso de manera rutinaria durante las vacaciones, la conexión con nuestros hijos sufrirá.

Si eres de los que pueden caer en esto, ponte como objetivo mantener un equilibrio sano estas vacaciones.

No cojáis todos los días de vacaciones a la vez

Sé que este consejo no aplica a todos (no aplica a familias monoparentales o familias en las que NO trabajan fuera de casa ambos progenitores), pero aquí lo dejo. En el caso de las familias en las que madre y padre trabajan fuera de casa, funciona muy bien alternar parte de las vacaciones.

Con esto me refiero a que hagáis coincidir las vacaciones de ambos durante una gran parte de los días, pero también dejar algunos días en los que solamente cada uno de los dos esté de vacaciones con los niños. Lourdes y yo lo hemos estado haciendo así los últimos años y funciona muy bien porque nos permite que nuestras hijas no tengan que estar tanto tiempo en campamentos de verano (cosa que de todas formas tenemos que hacer).

Debemos evitar que el tiempo en campamentos sea excesivo, por lo que implica respecto a la reducción del tiempo en familia y de menor descanso y desconexión de los niños.

No te olvides de coger perspectiva y cuidarte

Por último te quiero recordar que sin ti nada funciona. Si tú no estás bien por estrés, frustración, sentimiento de culpa o cansancio, las vacaciones no irán bien.

Rebaja tu nivel de autoexigencia y no pelees todas las batallas.

Vive y disfruta el momento presente en cada situación. Mira cada conflicto desde una perspectiva positiva intentando sacar aprendizajes para la siguiente situación.

Aprecia los esfuerzos de tu hijo/a y dale las gracias.

Recuerda que no estáis acostumbrados a estar tanto tiempo juntos en familia por lo que debes buscar la forma de hacer también planes por separado cuando tenga sentido y sea posible.

Promueve alternar tiempos de actividad con tiempos de calma. Sabes que una agenda excesivamente cargada acabará trayendo problemas.

El mejor regalo que puedes hacerte a tí y a tu hijo/a estas vacaciones es cuidarte y preocuparte de estar contenta/o y con ganas. Cuídate, duerme lo suficiente, descansa, escápate si puedes, haz deporte, respira profundo….y vive tus vacaciones desde la calma.

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